Sosteniendo esta copa de vino
te escribo esto a ti, malvado enemigo.
He de decirte que no te temo
pero me inquieta tu desatino.
Tú que enseñas a perdonar
y a olvidar, tú que curas
las heridas y luego nos has de matar.
Muéstrame tu corazón que te lo quiero arrancar.
Tiempo demente, Tiempo del Diablo,
¡es a ti a quién te hablo!
Detente por una vez y escucha
que en mi vida no hay paz, sino lucha.
Aguardando tu paso tuve ese amor
que luego murió y quedó este dolor;
Amor había pedido, amor me habías dado
¡me has quitado el bien regalado!
¿Cómo entenderte sin ofenderte?
¿Cómo vivir y a la vez quererte?
Quisiera olvidarte y poder disfrutar
pero sólo puedo sentarme y, en silencio, llorar.
Es cierto que la vida es corta:
seguiré luchando sin importar mi suerte,
luchando, resignado, aguardando la muerte.
El tiempo lo dira todo amor...
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